En Tras el despertar...

Es la continuación de Dos velas para el diablo, de Laura Gallego García. Sin fines lucrativos y sólo para fans. :3 Espero os guste y lo disfrutéis. Ya está completamente escrita en papel, sólo la subo para compartirla.

martes, 9 de junio de 2020

Capítulo 1. La promesa.



  ¡Ah! La alegre mañana de hoy, los rayos del sol me dan en la cara. Mi cama está justo frente a la ventana. Me desperezo como siempre estiro mis brazos hacia arriba y hago un pequeño gemidito. Como un gato, como dice mi padre. Me asomo por la ventana y el bosque sigue siendo de un verde brillante, las hojas de los árboles bailan con el viento. Mi madre está colgando la ropa. Sus cabellos castaños dorados relucen bajo el ardiente sol.  
      Mi madre, Gabriel, no es como todas las madres. Ella es un ángel, y no cualquiera, sino el arcángel San Gabriel. Sí, ya sé, parece un cuento pero es cierto, sus alas resplandecen con fuerza en su espalda. Es tan hermosa.
Bajo rápidamente las escaleras, aún despeinada y con el pijama puesto. Miro desde la puerta a mi madre aún agachada cogiendo uno de sus vestidos favoritos.
- Caterina. -dice con voz aterciopelada.- Ven aquí hija, ayudame.
Le sonrío abiertamente, sus ojos son tan serenos. Me acerco a ella y me besa la frente muy tiernamente.
-Tiende lo que queda, voy a hacerte el desayuno. - Se aleja de forma grácil.
Es tan perfecta. Me encanta tener una madre ángel, es tan generosa y amable. Desde que recuerdo me ha contado una historia que habla de ángeles, demonios y humanos. De la extinción de los humanos y de la chica que los salvó del exterminio. No sé porque razón mi madre nunca me ha dicho el nombre de la chica, quizá sea que no lo sepa. Dice que algún día conoceré la historia completa, aunque no sé qué más podría haber.
        Termino de tender y me dirijo a la cocina. Ya tengo mi plato preparado con mi tostada de mermelada de melocotón. Me acerco a la mesa y para mi sorpresa la tostada no es de mermelada sino de jamón serrano. El sabor del jamón serrano me daba una nostalgia que no llegaba a comprender. Sentía estar en una pequeña casa acogedora, con un sofá y dos personas más.
Aunque eran fugaces imágenes, yo sentía que eran importantes.
Le pegué un pequeño mordisco a la tostada y un largo buche a la leche. Mi padre aparece por la puerta del jardín.
- ¡Hola, papá!. - Digo con una sonrisa muy infantil. Aunque ya tenía 15 años me encantaba sentirme como una niña cerca de mi padre.

       Mi padre se llama Astaroth, es alto y tiene una larga cabellera azabache. Sus ojos son rojos aunque esconden un brillo verdoso. Él es un demonio muy importante, veo sus alas negras que se alzan a su espalda con poderío. Aunque es un demonio, es bueno y ama a mi madre con toda su alma, si es que tiene… no estoy segura. Yo le adoro y me encanta estar a su lado, me hace sentir segura.
- Hola Cat – Me dice despeinándome aún más. - ¿Qué tal has dormido? ¿Has vuelto a tener pesadillas?.
- No lo sé, esta noche no sé con que he soñado. - Sí, últimamente tenía sueños un tanto raros, no se si eran pesadillas. Me encontraba en un parque, había una gran columna con un ángel dorado en su cumbre. Tenía la sensación de haberlo visto antes. A lo lejos se veían dos figuras bailando con espadas, o al menos, eso me parecía a mi.
No sé porque a veces lo notaba como un recuerdo familiar y me sentía contenta de estar ahí, contemplándola. Ya sé que mi padre sabe más de lo que me dice, creo que incluso conoce su significado aunque no quiere contármelo. Es extraño.

       Esa mañana era muy especial, solo faltaba un día para mi decimosexto cumpleaños. Sentía como si algo peligroso fuera a pasar y aunque eso lo llevaba sintiendo desde hace tiempo, cada vez notaba el ambiente más cargado de preocupación.
-Cat...- Mi padre me saca de mis pensamientos.- ¿Estas preparada ya para tu clase de hoy?
-Eeeh...Sí.-Digo pegando un mordisco a la tostada. Trago el bocado.-¿Qué me vas a enseñar hoy?
Desde que recuerdo mi padre me daba clases en casa. Sé que la gente suele ir a grandes edificios llamados colegios, pero nunca me ha hecho mucha ilusión la idea. Mi padre es muy sabio y me encanta lo que me enseña. No necesito saber nada más salvo lo que el cree que debo saber.
-Hoy te explicaré cosas sobre la reencarnación.-Me mira esperando mi reacción.
.¿Reencarnación?.- Cómo me podía hablar de algo tan estúpido. Mi padre es el mejor para mi y ahora me salta con la reencarnación.-Pero papá, de dónde sacas eso. Es una forma de pensar en no acabar, es algo muy humano. ¿Por qué me vas a enseñar eso?
-Es algo que entenderás cuando te lo explique. -Sonríe torcidamente. Como es habitual, me sonrojo, esa sonrisa me recordaba a algo que no lograba entender.
        Cuando termino de desayunar, friego los platos y subo a cambiarme de ropa, me peino y bajo a mis clases. Mi padre está sentado en su sillón con un bonito y antiguo libro con la portada azul.
-Ya estoy preparada.- Cojo mi librito y mi bolígrafo favorito. Me siento en un lado del sofá y contemplo la postura de mi padre. Está tenso y mueve el pie izquierdo lentamente. ``Creo que hoy me espera una larga mañana.´´           Mi padre levanta la vista e hinca sus ojos en los míos. Estaba temblando. Parecía muy preocupado y tenso.``Al fin me contara lo que sabe, o por lo menos, parte.´´ Sonrío para mis adentros.
-Estate muy atenta.- Me dice con voz firme. -Esto es importante y sobretodo para ti. Las reencarnaciones para los humanos es un rito que se basa en la creencia de que tras morir, el espíritu regresa a terminar algo que ellos no han podido o que no aceptan que han perdido; venganza, amor, legados, batallas... Las reencarnaciones en realidad no solo suceden en contadas personas. Ya sean humanos o animales. Todos se reencarnan de alguna manera. Unos son más completos, otros tan solo reencarnan una pequeña parte. Algunos pueden comunicarse con sus vidas anteriores y deben comunicarse. -Hace una pausa para enfatizar esa parte.- Sin embargo, hay muchas almas que se cruzan, una sola persona no tiene solo un alma, tiene dos, la reencarnada y la suya propia.

> Nosotros los demonios y los ángeles al ser ``inmortales´´, por así decirlo, solo tenemos un alma. Cuando morimos, otro ángel o demonio nace, pero al contrario que vosotros, los humanos, ellos somos nosotros. Nuestra alma completa se reencarna en ellos.
       Me quedo sumida en sus palabras, meditando cada palabra que dice. Debería de tomar nota, pero necesito atender y entender con los cincos sentidos a mi padre. Muchas preguntas se amontonan en mi cabeza, pero mi padre sigue hablando así que las dejo a un lado y continuo escuchando.
-Lo que intento explicarte es que todos los seres humanos son en parte reencarnaciones. Tú también, e incluso más que ellos. Al ser hija directamente de un ángel y un demonio tienes tus dos almas fusionadas en una. Por eso, mi querida Cat, tu tienes algo que hacer por tu alma.-Se queda callado mirándome fijamente a los ojos.
-¿Y qué es lo que tengo que hacer?.-Digo sorprendida. De todas las preguntas que tengo tan solo puedo formular esa.
-Tus sueños...-suspira, y yo repito el gesto.-Te están diciendo lo que debes hacer o recordar. Dentro de poco sabrás a que se refieren y entonces tu madre y yo te dejaremos ir a buscar lo que necesites.
-No lo entiendo.- digo cortándolo rápidamente.-¿Tú sabes que es lo que tengo que buscar?
Él asiente y yo me pregunto ``Si lo sabe, ¿a qué espera para decírmelo?´´ Era absurdo. Me siento cohibida y casi sin aliento. ¿Qué se supone que debía buscar?
-Ya lo entenderás. Si ese es tu deber, claro, las cosas te serán mostradas en su momento.-Me acaricia el pelo con suavidad.-Ya eres toda una mujer.
Sonríe y me besa la frente. Se levanta y se marcha de la habitación, dejándome sola y aturdida.
          Todavía tengo la cabeza hecha una bola de preguntas que luchaban por salir. Pero la que más destacaba era: ¿qué tendría que buscar?.


miércoles, 3 de junio de 2020

Prólogo




Mis ojos centellearon con la luz, algo tiraba de mi. Escuché las voces de Gabriel y Astaroth. Hablaban sobre un nombre, mi nombre.
No se cuanto tiempo pasé en las más deslumbrante oscuridad que me encontraba, pero me estaba volviendo loca. En el mundo real pude evitar ser como los fantasmas que aún se encontraban en él, pero en la luz me volví loca.
Se suponía que debía tener un descanso eterno, sin embargo, estaba súper angustiada, nerviosa… ¿No debía estar flotando en una nube? ¿No debía no recordar nada?
Tiró de mi más fuerte y comencé a desvanecerme. Mi último pensamiento fue él, la promesa que me hizo;
``Te esperaré´´.
Y entonces me desvanecí.