Mis
ojos centellearon con la luz, algo tiraba de mi. Escuché las voces
de Gabriel y Astaroth. Hablaban sobre un nombre, mi nombre.
No
se cuanto tiempo pasé en las más deslumbrante oscuridad que me
encontraba, pero me estaba volviendo loca. En el mundo real pude
evitar ser como los fantasmas que aún se encontraban en él, pero en
la luz me volví loca.
Se
suponía que debía tener un descanso eterno, sin embargo, estaba
súper angustiada, nerviosa… ¿No debía estar flotando en una
nube? ¿No debía no recordar nada?
Tiró
de mi más fuerte y comencé a desvanecerme. Mi último pensamiento
fue él, la promesa que me hizo;
``Te
esperaré´´.
Y
entonces me desvanecí.
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